No puedo quitarte de mi mente,créeme que lo he intentado,
pero la nostalgia está ganando esta batalla
y mis fuerzas se agotan.
Mi piel lleva tu nombre como un sello
que arde en cada recuerdo, en cada escalofrío,
Mil voces resuenan en mí, nombrándote,
llamándote, rogando por vos.
Si eso es bueno o malo, qué importa,
no al menos hoy;
he vuelto a ese lugar, tan nuestro,
y siento que te vuelvo a necesitar.
Pero no, no me hace bien
fantasmas tan sólo alejense de aquí!,
grito una y otra vez entre sollozos,
que ha salido el sol y no siento su calor.
Arrinconada y en el piso, donde no llega la luz,
tan sólo intento filtrar los buenos momentos,
y autoconvencerme que ha sido una buena decisión,
dolorosa, pero la mejor.
Mi respiración se normaliza,
pero quién le dice al corazón que ya pasó?
mis miedos se ponen a la defensiva
ya no quieren invadirme, pero si es necesario lo harán.
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