lunes, 13 de octubre de 2008 a las 12:38 a.m.
La Avenida Corrientes no perdía su esplendor en ninguna época del año, tampoco sería la excepción esta noche, que no era igual al resto, por más que en la mañana el cielo se encontraba lleno de nubes, el sol las reempujó haciéndose un lugar; quería brillar, quería regalarle a ellos una tarde que atesorarían.

Por la noche, para muchos serían tan sólo extraños empujados por un viento primaveral, alguno los miraría raro, incluso alguna señorita miraría de reojo. Nadie podía comprender porque no los conocían, porque eran cuatro almas vagando por la avenida. Ellos caminaban abrazados, compartiendo sonrisas y charlas, dejando a su paso, estelas de anhelos, amor y sueños.
Nadie lo imaginaba, pero el amor que se tenían entre los cuatro no es común verlo, no sabría describirlo, ni compararlo con nadie más. Pero con tan sólo observar sus rostros podía percibirlo. No sé si pasarían juntos las 24 hs del día, ni si compartían todo, si sus penas se encontraban a flor de piel, sólo pude observar, que caminar juntos, era un bálsamo para sus corazones.

Los perdí de vista, una brisa me hizo cambiar el rumbo y dejar de verlos. Pero siempre que regrese a la avenida Corrientes, vendrá a mi mente un hombre bien parecido con muchos rulos, y tres bellas damas escoltándolo.



«Mëgg¥»


"Del manicomio aplauden:¡Viva!¡Viva!,
los locos que inventaron el Amor...

Quereme asi piantao, piantao, piantao,
abrite los amores que vamos a inventar
la mágica locura total de revivir,
veni, vola, veni"

Balada para un loco - Astor Piazzolla.






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