miércoles, 14 de marzo de 2018 a las 2:55 p.m.


Pffff...hoy vuelvo a reabrir este cofre de recuerdos, de silencios, de gritos, de tanta vida vivida y tanta mal vivida.
¿Dónde estaba hace dos años? Seguramente desperdiciando minutos tirada en una cama, mientras la tele estaba prendida con el fin de no escuchar las quejas de ella, los gritos, las conversaciones ajenas.
En cambio yo, intentaba silenciar todo aquello, encerrándome en mi mundo.
O quizás, no era así, quizás estaba intentando escapar de todo eso, conociendo gente, bebiendo y saliendo para ignorar esas voces.
Y quizás tampoco era tan así...Tal vez estaba tan llena de todo eso, que me sentía tan vacía, y sólo sentía la necesidad de salir de ese círculo vicioso de la comodidad y la quietud, de la famosa zona de confort, y buscaba sentir algo distinto.
Pero al mismo tiempo, también sucedían cosas hermosas, en ese vacío encontré luz, del más humano, y me enamoré, y lloré, y experimenté y volví a sentir y viví por primera vez.
¿Dónde estoy hoy? Hoy vivo un sueño cumplido y me atacan las dificultades de ser adulto y no saber vivir (?)
¿Cómo es esto? Se llama independencia, y duele cuando tu cuerpo hubiese preferido que vivas distinto. Neumonía me dijeron hace 10 días. Estrés te digo yo.
Mi cuerpo grita pidiendo a sollozos que mi mente se detenga al menos un momento, pero no sucede. Y es así que volvieron las noches de insomnio, los llantos repentinos y las ganas locas de que todo pase, de huir, de gritar.
Mis dedos están húmedos al escribir estas líneas, porque con ellos intento secar las lágrimas caprichosas que brotan.
Y fue en menos de un año que todo aceleró, se aceleraron las ganas de huir, de tener mi espacio, sólo mío, aunque eso me costara sacrificio. Un refugio donde pudiese descubrirme, desnudarme completamente, sin pudor a conocerme en mi peor versión.
Donde la enfermedad llegó de un golpe, dejándonos boyando, desconcertados e indignados. Donde ves lo peor de las personas, su egoísmo y frivolidad, que ya no importa si las palabras hieren, escarban y hacen sangrar. Y esto se replica, en cada ámbito, donde hay personas, sólo hay cinismo. Sólo se jactan en decirte: "ay pobre", "hace esto o aquello", "tenés que descansar" y bla bla bla... palabras vacías de gente de mierda que sólo está para pisar cabezas, para pensar en sí y bueno, vos estás en su camino. Ojo! reitero sucede en todos los ámbitos, no distingue ni excluye a la familia, mucho menos a los de afuera.
Retomo este texto al día siguiente, ya con el llanto se fue la desesperación, el ahogo, pero la herida está abierta, distrayéndose en los quehaceres domésticos, en ver por la ventana que poco a poco se va nublando.
Desahogo, catarsis, ponele el nombre que quieras. Sólo sé que escribir es mi mejor terapia.


«Mëgg¥»
G.R.

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