"no hay dolor que duela más que el dolor del alma
no se aleja así nomás" - NTVG
Un puñal por la espalda duele mucho más que cuando viene de frente. Pero más duele cuando es de alguien que no esperás, y que ese alguien es aquella persona que algún día la vida los cruzó y decidiste hacerlo tu hermano, ese amigo que creías que siempre iba a estar, como estuviste para él.
Que tenías toda tu confianza puesta en él y que en muchas situaciones te acompañó, te aconsejó, te retó, te abrazó.
Así y todo, después de tantos años de creer conocer a una persona, de estar cuando necesitó que estuviese, no le reprocho nada. La situación de por sí me dejó anonadada.
Dar explicaciones, es tarde, no tiene sentido, ya sucedió. Tampoco vamos a hacer de cuenta que no pasó nada, sabes que no podría, soy muy genuina y si algo me hace ruido lo demuestro.
Desde tu regreso hemos hablado, me has mostrado una postura diferente a la que yo hubiese tomado en muchas decisiones, pero aún así te escuché, sin entenderte.
Aquella noche, las cosas me quedaron más que claras. Y qué vi? que te jugaste por personas que hoy se alejaron, que no están, que se abrieron.Juzgarte? no, para nada, sos grande, tomás tus propias decisiones. Entre ellas decidiste perder una amiga.
Las amistades reales y sinceras son pocas pero muy valiosas, pueden haber tiempos de silencios, de desencuentros, en que no se llamen, pero nada puede con ellas. Y cuando se rompen dejan un espacio vacío que no se vuelve a llenar.
Sólo Dios puede sanar esa herida, sólo Él nos dará la fuerza para recuperarnos y en ese momento es que podremos perdonar a quien nos lastimó.
Si en algo fallé como amiga, si dije algo que te molestió, si actué mal, estoy dispuesta a escucharlo y pedir perdón. Así soy yo.
«Mëgg¥» G.R.
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