Gálatas 6 : 1-10

lunes, 8 de marzo de 2010 a las 12:43 a.m.



1 Hermanos, si alguien es sorprendido en pecado, ustedes que son espirituales deben restaurarlo con una actitud humilde. Pero cuídese cada uno, porque también puede ser tentado. 2 Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo. 3 Si alguien cree ser algo, cuando en realidad no es nada, se engaña a sí mismo. 4 Cada cual examine su propia conducta; y si tiene algo de qué presumir, que no se compare con nadie. 5 Que cada uno cargue con su propia responsabilidad.
6 El que recibe instrucción en la palabra de Dios, comparta todo lo bueno con quien le enseña. 7 No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra.8 El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna. 9 No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos. 10 Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe.

Gálatas 6 : 1-10 (NVI)


Pablo por medio de esta carta nos exhorta a cumplir aquel nuevo mandamiento que encontramos en Juan 13:34-35. "Les doy un mandamiento nuevo: Ámense unos a otros. Ustedes deben amarse de la misma manera que yo los amo. Si se aman de verdad, entonces todos sabrán que ustedes son mis seguidores."

El amor es contrario a la vanagloria, la presunción, arrogancia, soberbia, altivez, envidia. El amor vence estos pecados, siempre y cuando estemos dispuestos a ser guiados por completo por el Espíritu Santo.

Debemos estar dispuestos a ayudarnos los unos a los otros como verdaderos hermanos, sabiendo que componemos la misma familia. Dejando la indiferencia entre nosotros de lado, porque ésta solo demuestra desinterés por los demás, egoísmo, y con esa actitud realmente no reflejamos el amor de Cristo.

En cambio, debemos mostrar humildad. La cual consiste en apreciar y valorar a los demás y no tener actitudes egoístas, Dios nos llama a solidarizarnos ante las necesidades de los hermanos, caso contrario, quien no lo hace no permite que los frutos del Espíritu Santo se manifiesten.

El orgullo es un pecado que no debe existir en los cristianos, y por ello Pablo dirige esta exhortación.
Las obras deben someterse a prueba a la luz de la Biblia, y no en base a lo que hacen o lo que no hacen los demás, porque Dios evalúa a cada persona individualmente. Todo cristiano debe permanecer humilde y dispuesto a ser corregido.

El parámetro para cada uno no son las demás personas, sino que es la Palabra de Dios. No es necesario estarse comparando con otras personas para concluir respecto a la vida espiritual que se tiene. Dios nos llama a vivir una vida en santidad


Por todo esto, dejemos que Dios obre en nuestras vidas, dejémonos moldear por el Alfarero, permitiendo que aplaque nuestro orgullo aunque duela, pidámosle que nos ayude a ser humildes, y ante todo dejemos de ser hipócritas. Creamos en el cambio que puede lograr Dios en nosotros si se lo permitimos. Y mantengámonos unidos, orando unos por los otros. No nos olvidemos que para dar testimonio no hacen falta las palabras. Busquemos a Dios con todo nuestro ser y cumplamos la misión que Él nos ha dado, seamos mensajeros de Su Palabra mostrando que se puede vivir cumpliéndola primero nosotros.



«Mëgg¥»





'

«Nubëz RØsäs» | Powered by Blogger | Entries (RSS) | Comments (RSS) | Designed by MB Web Design | XML Coded By Cahayabiru.com